Me reuní con mi maestro anterior y le expuse mi decisión de ir a Hong Kong para poder seguir aprendiendo con Chau Wing Tak. Él me dio su consentimiento con una carta de recomendación junto con un diploma y yo, con muchas ganas e ilusión y un montón de dudas y cuestiones sin resolver, me presenté en Hong Kong, ante Chau Wing Tak, que por aquel entonces ya tenía 61 años.
Después de una pequeña reunión mantenida con el maestro y un riguroso examen, decidió acogerme como alumno y de esta manera pasar a ser mi SiKung o 'abuelo marcial'. Mi aprendizaje con el maestro Chau Wing Tak fue muy beneficioso y enriquecedor, aportándome una serie de conocimientos que desconocía hasta ese momento, sintiendo que en mi interior el Sr. Chau Wing Tak iba a pasar a ser mi continuador, que era justo lo que yo necesitaba. La instrucción y aprendizaje mantenido con este maestro fue totalmente directo y privado en su propio gimnasio. Allí solo estábamos el maestro, el intérprete, un gato, a veces un perro, un loro (que por cierto era muy divertido) y yo. De vez en cuando subía algún familiar a visitarnos, pero ningún otro practicante ni antiguo alumno.
Durante mi aprendizaje se trataron temas de armas, formas de mano vacía, "kam-la-sau" (técnicas de agarre o atrape), correcciones de formas anteriores aprendidas con mi anterior maestro y enseñanza de nuevas formas, conceptos de combate, historia del Hung Gar, etc., y así, poco a poco, fueron disipándose mis dudas y enriqueciéndose mi Hung Gar.
Tras este primer encuentro con Chau Wing Tak, que tuvo una duración ininterrumpida de casi tres meses, realicé numerosos viajes a la isla en los que estuve con el maestro, de los cuales quiero destacar los del año 1995 y 2005. Quisiera resaltar una serie de sucesos históricos acaecidos en concreto durante el transcurso de estos últimos dos viajes y así poner al lector en antecedentes. Éstos son la transformación de la ciudad colonial inglesa que era Hong Kong antes de 1997 y después de la misma, cuando pasó a ser una ciudad más de la China Popular, donde pude apreciar sus cambios socio-políticos, humanos y culturales. Por ejemplo, en el año 1989, a sus ciudadanos se les veía contentos, enérgicos y muy orgullosos de ser de Hong Kong. Era una ciudad en pleno rendimiento, con multitud de negocios y establecimientos de todo tipo llenos de clientes, y en lo que se refiere al Kung-fu, que en definitiva, es lo que nos interesa, he de decir que cuando llegué, eran los últimos coletazos de lo que se conocía como la 'Meca del Kung-fu', donde sus buenos años habían sido los 60 hasta los 80.

Muchos maestros de Kung-fu ya habían fallecido debido a su edad avanzada y los pocos ancianos que quedaban, la mayoría de ellos no enseñaban. Casi todos se dedicaban a la medicina "tid-ta" (curanderos).
En el caso del maestro Chau Wing Tak, en esos momentos, como cualquier otro en su misma situación, se encontraba temeroso por lo que pudiese pasar por el hecho de haber sido maestro de Kung-fu y todavía conservar su gimnasio. No hay que olvidar que antaño, el Kung-fu se había visto implicado en temas políticos o de características similares, y debido a que en el año 1997 se iba a producir un cambio político importante, era normal que el Sr. Chau Wing Tak tuviese una gran preocupación por todo lo acontecido y eso pudiera perjudicarle.
Todo su afán en esos momentos era poder deshacerse de todo lo que había en su gimnasio para evitar que le pudiesen implicar en temas relacionados con el Kung-fu, y en especial interés las armas de entreno que él poseía. Yo, en cierto modo, pude colaborar trayéndome numerosas cosas suyas a España por petición propia del maestro Chau Wing Tak. Hay que mencionar que por aquel entonces el Kung-fu ya empezaba a estar influenciado por el Wu-shu, sobre todo a nivel estatal: colegios, federaciones, etc.

A parte de este pequeño detalle, la verdad, el resto de la ciudad estaba totalmente cambiada en comparación a viajes anteriores. Se notaba un ambiente enrarecido, todo estaba diferente, sobre todo la gente. A muchos de ellos se les notaba que procedían de China Popular, con un gran afán de sacar dinero de cualquier forma, había censura en los medios de comunicación, la televisión emitía con otro tipo de programación, era otro estilo diferente al que yo recordaba, teniendo el de antes una mayor influencia inglesa con muchísima más calidad e interés en sus contenidos audiovisuales y programaciones. En definitiva, para la persona que haya viajado sólo una vez a Hong Kong y no haya tenido la oportunidad de haber visto la ciudad anteriormente, cuando ésta era una colonia inglesa, no podrá hacer comparaciones ni tampoco notar la diferencia entre una época y la otra.
Con respecto al Kung-fu, lo primero que hice cuando llegué, fue ir al Kwon (gimnasio) de Chau Wing Tak. Me impactó, pero no me sorprendió, el inmenso vacío que había en el mismo: paredes totalmente desnudas, allí no quedaban ni muñecos de madera para el entrenamiento, ni sacos de golpeo, ni cuadros, ni fotos... nada de nada, excepto el santuario del maestro Tang Fong, con su foto y sus correspondientes inciensos, además de la figura Kuan Kung. Por que, eso sí, Chau Wing Tak siempre ha demostrado tener un respeto y un cariño enorme a su maestro Tang Fong.

Siento y lamento si he podido romper de alguna manera el sueño de alguna persona y a su vez el enigma que había sobre Hong Kong ¡Pero todo cambia! Aunque no me guste decirlo, posiblemente con el paso del tiempo habrá mejor Kung-fu y más auténtico fuera de China y de Hong Kong que dentro, o sea, en lo que para ellos sería el extranjero.